Le quiero confesar que nunca he sido fanático de ese tipo de arte divertido, que soy un desganado en mi gusto “artístico” porque lo prefiero político y que tenga el vetusto lema de “romper esquemas sociales”. Confieso incluso que lastimosamente soy adepto de León Ferrari, de los hermanos Chapman y de todo ese arte político mainstream –¡qué oso!–. Insisto en revelar que a veces tuerzo los ojos cuando veo las frasecitas de Juan Uribe como “fear and loathing in Pereira” o el “hubiera podido ser lindo” de Valeria Giraldo, o incluso no puedo con los videos musicales de Juan Pablo Echeverri o el “usted es Tamal” de Alexandra Arciniegas.
El 22 de febrero fue la inauguración de la exposición “¿Y esta hijueputa porqué esta nadando?” de Mariana Jurado; exhibición donde Jurado muestra de forma sagaz y cómica su rutina de natación por medio de una instalación con bombas, unos vídeos cortos y un documental. Para mi esta exposición generó -además de cómplices risas- la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que hace que este tipo de arte ocurrente sea tan atractivo? Incluso tuve la osadía de responder con otra pregunta: ¿Será acaso pereza mental?
David Dean en su libro Museum Exhibition: Theory and Practice logró ayudarme a darle respuestas a mis inquietudes: en la actualidad los espacios artísticos –museos, galerías y espacios independientes– compiten olímpicamente por la atención del público, esto se debe a que en nuestro mundo consumista el ir a una galería hace parte del tiempo de ocio del espectador, pues podemos decidir si en lugar de ir a ver arte vamos mejor a comprar ropa, a cine, o a Maloka.
Jurado –y los demás– ya han hecho la relación entre el tiempo de ocio, el espectador y el arte; son conscientes de que el publico busca más entretenerse que una vetusta experiencia estética, y resultan ingeniosos al mostrar temas banales como algo sagaz, hilarante y sarcástico; asuntos tan simples como juegos de palabras, el nado, o el desamor, son presentados con picardía y agudeza que hacen que valga la pena gastar nuestro tiempo con sus obras. Definitivamente para presentar temas tan triviales y hacerlos interesantes se necesita mucha lucidez. That’s so witty.